El Paso, TX., Agosto 31 de 2015.- El aspirante republicano a la candidatura presidencial Donald Trump continúa con sus declaraciones anti-inmigrantes. Asegura que si gana las elecciones realizará una deportación masiva de inmigrantes indocumentados ademas, promete modificar la Constitución para negar la ciudadanía a hijos de inmigrantes indocumentados. Ambas promesas en opinión de muchos son prácticamente imposibles de cumplir. Sin embargo, la historia nos recuerda de una acción similar que se llevó a cabo a principios de la década de los años treinta durante la Gran Depresión; En ese tiempo, condados y ciudades en el suroeste de Estados Unidos tales como Los Ángeles en California, Tucson en Arizona y San Antonio en Texas así como Michigan en el centro del país,trabajaron muy de cerca con el Servicio de Inmigración para apoyarse en el desplazamiento y deportación masiva usando tácticas de hostigamiento para expulsar a residentes legales mexicanos y mexicoamericanos así como para deportar a inmigrantes indocumentados.
La preocupación de que dichas personas estaban tomando los empleos de los blancos a pesar de que muchos de estos trabajadores tenían un derecho legal para estar y trabajar en el país fué el argumento utilizado para realizar tales acciones. Autoridades de migración indican que unos ochenta mil mexicanos fueron deportados, repatriados o expulsados del país, aunque medios de comunicación de la época, registraban a unos setenta mil mexicanos, entre 1929 y 1935 muchos por deportación y la gran mayoría por sentirse presionados por el ambiente antiinmigrante que vivían en sus lugares de residencia. Registros históricos indican que familias completas de mexico-americanos salieron del país muchos de ellos por seguir a sus familiares deportados.
La propuesta de Trump incluye deportar a niños nacidos en Estados Unidos junto a sus padres indocumentados, Finalmente y como parte de su "solución" para resolver el problema de inmigración ilegal en el país, Trump pretende pedir ayuda a México para construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Aunque Trump insiste en que su política no es racista, es innegable que su enfoque es erradicar la inmigración proveniente del sur olvidando que Estados Unidos consta de dos fronteras y por el norte, también ingresan indocumentados.